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¿Has tenido en mente la imagen de un personaje, pero no sabes cómo plasmarlo? ¿Te has bloqueado a la hora de describir personajes? ¿La forma de describir que usas te parece aburrida y repetitiva?

Describir personajes puede ser todo un reto. A veces, nos agobiamos, damos solo algunos datos y dejamos que la imaginación de los lectores trabaje. Pero eso no siempre funciona. Para que la idea de frutos, antes tendrás que plantar buenas semillas.

En este artículo voy a mostrarte formas diferentes de describir a los personajes, tanto en el aspecto externo como en el interno. Ambos elementos van de la mano y puedes intercalarlos, pero los separaré para que los conceptos y ejemplos queden más claros. Además, añadiré una lista con los errores más habituales y cómo evitarlos.

Ten en cuenta que muchos de los trucos que aporto se pueden aplicar a descripciones de otros elementos de tu novela que no sean personajes.

¡Vamos allá!

CUIDADO CON LA DESCRIPCIÓN

Antes de empezar con los trucos, quiero hacer un inciso que considero importante. La descripción puede ser fundamental para ubicar al lector en muchos aspectos de la novela: lugares, objetos, paisajes, estancias, etc. Con respecto a los personajes, aporta información variada que se desconoce y es un método útil para presentar a alguien.

Sin embargo, usar la descripción como único recurso para añadir datos sobre personajes no es recomendable. Sobre todo, para plasmar rasgos de personalidad, emociones, evolución o aprendizaje, etc. Provocaría que la novela pierda fuerza. Por ejemplo, no es lo mismo decir que alguien está triste, que escribir una escena donde se vea dicha tristeza por la actitud o reacción del personaje. En este caso, usaríamos el mostrar y no contar, y el resultado sería asombroso.

Los tips de este artículo te ayudarán a afianzar o aportar información, pero intenta que no sean el único recurso para describir a personajes a nivel interno. Más bien, debería considerarse un apoyo que aporta datos extra.

DESCRIPCIÓN EXTERNA

En este apartado se incluye tanto la apariencia como la forma de vestir o los objetos que porta; es decir, la imagen externa del personaje. También se puede utilizar con razas o criaturas si escribes fantasía.

Para describir personajes físicamente tenemos varias opciones:

1. LINEAL

Se trata de aportar una lista de atributos seguidos en un mismo párrafo. Se suele ver la primera vez que presentamos a alguien. Es la descripción más habitual en la mayoría de autores. Algunos solo mencionan los rasgos físicos y otros los unen con la vestimenta.

Te dejo un ejemplo:

María es castaña, tiene el pelo rizado y los ojos azules expresivos, de largas pestañas. Tiene la nariz recta y los labios carnosos rojizos. De piernas kilométricas, destaca por los tacones de aguja, que le realzan la figura esbelta. Viste una falda corta ajustada, una camisa blanca y una chaqueta negra. Tiene una sonrisa permanente mientras atiende a los clientes del centro comercial.

Aunque es una opción válida, el problema que tiene utilizar este método es que a veces damos muchos datos a la vez y al lector le costará quedarse con tanta información condensada.

2. CON LA ACCIÓN

Esta forma de describir presenta rasgos físicos del personaje, la vestimenta que lleva u objetos que porta mientras realiza una determinada acción. Al ser algo más limitado, no suele incluir tantos datos a la vez, pero resulta más enriquecedora que la anterior. El lector focaliza su atención solo en una cantidad mínima de detalles.

Te dejo algunos ejemplos:

  • Se encogió de hombros y entró de nuevo en el vestíbulo. Las pequeñas trenzas oscuras que llevaba recogidas en una coleta bailaron con el movimiento.
  • Juan se colocó las gafas de buceo y se ajusto el bañador rojo. Tras tomar una bocanada de aire, saltó desde el trampolín.
  • La chica bostezó y se frotó los ojos verdes; los notaba secos por haber estado durante horas delante del ordenador.
  • María se puso de puntillas para alcanzar la segunda balda de la estantería. Las manos enguantadas hallaron la caja de galletas.

3. EN EL DIÁLOGO

Cuando usamos el diálogo para describir personajes, ya sea con opiniones de otros o bien apreciaciones.

  • —¿Has visto? Ese chico tiene los ojos de un azul tan claro que parecen de hielo.

Este recurso es útil para la primera persona, ya que el personaje suele tener dificultades para describirse a sí mismo y ser original. La lista de cualidades hablando de sí mismo no siempre queda bien. Si quieres aportarle originalidad a tu historia, prueba otras opciones o mezcla formas de describir.

Te dejo algunas ideas para la primera persona:

  • —¿Sabes que tienes los ojos del mismo verde que mi madre? —me dijo María
  • —Me recuerdas a un montón a la actriz Fulanita cuando se tiñó el pelo de rosa para su última película —me soltó mi amigo.

4. PERCEPCIONES

Cuando usamos el punto de vista del narrador centrado en un personaje o narramos en primera persona, solemos mostrar la percepción que tiene un personaje de lo que ve. Se puede aprovechar este recurso para describir a otros sin usar la forma lineal, sino aportando solo algunos rasgos.

  • Me encanta el corte de pelo que se ha hecho mi amiga. Le sienta bien. Antes lo llevaba por la mitad de la espalda, pero, gracias a que perdió una apuesta, ahora le cae sobre los hombros.

Aquí también podemos añadir pensamientos del personaje o bien limitarnos a la narración. También se puede mezclar la narración con el diálogo.

5. COMPARACIONES

Comparar con otro suele ser una forma fácil de describir personajes. Ya sea en el diálogo o en la narración.

Te dejo un ejemplo en que se describe el pelo de dos personajes a la vez:

  • Mi hermana y yo tenemos el mismo color de pelo, un tono anaranjado que llama la atención. Ella lo lleva más corto que yo, así que sus rizos quedan enroscados en la cabeza mientras que a mí me llegan por los hombros.

DESCRIPCIÓN DE PERSONALIDAD

Se pueden describir personajes y hablar sobre su personalidad, rasgos o cualidades. Aunque, como ya te comenté, lo recomendable es desarrollar su carácter sin decirle al lector exactamente como es dicho personaje o cómo se siente. De esta manera, lo irá descubriendo conforme se adentre en la historia y lo conozca mejor.

Pero siempre podemos apoyarnos en algunos trucos para afianzar la información o dosificarla:

1. DIRECTO

Es cuando el narrador menciona que alguien es de determinada manera, aunque eso se refuerce con su comportamiento en diferentes escenas.

  • Juan es listo y aprende con facilidad.
  • María es simpática y abraza a todo el mundo.

2. COMENTARIOS

Se descubren algunos rasgos de personalidad cuando alguien opina sobre otros en diálogo o en pensamientos:

  • —Qué cabezota eres. Mira que te cuesta dar tu brazo a torcer —dijo María con los brazos en jarras.
  • «Es un encanto. Me alegro mucho de haberla conocido», pensó el chico.

3. EN ACCIONES

Igual que vimos con los rasgos físicos, podemos usar las acciones para aportar datos internos sobre alguien.

  • Juan agarró el saco de patatas y estuvo a punto de caerse hacia adelante; le temblaban los brazos, pero consiguió transportarlo al camión.
  • Mi compañera no dejaba de mover el pie mientras veíamos el vídeo. Me estaba poniendo de los nervios.

En estos ejemplos, podemos ver que Juan es alguien débil o que tiene poca fuerza; la compañera tiene un tic nervioso que molesta a la protagonista, que parece alguien más tranquilo.

ERRORES HABITUALES

Aquí te dejo una recopilación de errores que podrían ayudarte a pulir tu libro:

  • Usar siempre la misma estructura de descripción durante toda la novela y describir a todos los personajes igual. Intenta alternar y dosificar la información. Por ejemplo, añadir rasgos físicos con la acción y describir la ropa de manera lineal.
  • Agobiar al lector con muchos datos seguidos sobre el mismo personaje y nada más empezar el libro. Intenta dosificar para no expresarlo todo en el mismo párrafo. No pasa nada porque describas al personaje por partes. Así el lector lo recordará con más facilidad.
  • Usar muchas descripciones seguidas de distintos personaje. Es mejor repartirlas en diferentes momentos de la novela para que el lector no se haga un lío.
  • Olvidarse por completo de describir a los personajes. Hay que dejar que la imaginación del lector vuele, pero si le ocultamos toda la información posible, leerá el libro desconcertado. Esto se une al error de aplazar la descripción completa de personajes que llevan un tiempo saliendo en la historia. El lector necesita tener una idea general cuanto antes.
  • Optar siempre por la mención o descripción en vez de mostrar cómo es su personalidad. Es decir, comentar cómo es alguien en vez de verlo actuar para que el lector llegue a la conclusión de que es así. Por ejemplo, decir que alguien es egoísta no tiene la misma fuerza que verlo ser egoísta en diferentes situaciones.
  • Describirse a sí mismo en primera persona usando un espejo o similar (también es un cliché). Puedes aprovechar para usar recursos que hemos visto antes, como las acciones del personaje: Me hice una coleta alta, pero el pelo seguía siendo demasiado largo. Quería cortármelo desde hace meses. Lo tenía sin brillo, de ese tono entre marrón y negro simple (En unas pocas frases has dicho cómo lleva el pelo, el color que tiene y la largura).
  • Describir con detalle a personajes que no son relevantes para la historia (el cartero, un camarero, una dependienta, etc.). Cuidado porque el lector no necesita información de más. Pregúntate si esa descripción es necesaria.
  • No volver a mencionar rasgos físicos de personajes. Con una vez no suele bastar y se necesita recordar cómo eran, al menos el color de ojos y de pelo, y su forma. Para estos casos, ten en cuenta la regla de tres, de manera que tampoco abuses de la mención. Con que algo se diga tres veces en toda la novela es suficiente para que el lector lo afiance.
  • Usar palabras vagas que no aportan información de peso. Ser alto, bajo, gordo, flaco, guapo, feo, etc. tiene diferentes percepciones según cada persona. Si a eso le añadimos modificadores que no aportan nada, hacemos dudar más: algo tímida, un poco gordo, bastante feo, etc. Es mejor usar palabras precisas que describan.
  • Incluir descripciones en momentos inoportunos. Por ejemplo, una descripción lineal del antagonista durante un tiroteo crearía un corte innecesario.
  • No añadir un rasgo distintivo que diferencie a unos personajes de otros, al margen de su apariencia básica. Algunos rasgos son fáciles de asociar con un personaje: barba, gafas, cicatriz, parche, etc.
  • Algo importante que olvidamos muchas veces es mencionar la edad del personaje, ya sea exacta o aproximada. Saber la edad ayuda al lector a hacerse una imagen más clara de él.

¿Cómo sueles describir a tus personajes? ¿Has encontrado alguna descripción original en algún libro? ¿Qué es lo que más te cuesta definir? Cuéntamelo en los comentarios

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Correctora, maquetadora, mentora y formadora de escritores. Autora de manuales de escritura y novela juvenil. Ayudo a escritores a mejorar y pulir sus textos, y a dejarlos listos para publicar. Les enseño cómo revisar sus libros y todos los secretos de la autopublicación.
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