Seleccionar página

Publicar un libro es un momento único. Lo esperas con anhelo desde que terminas el manuscrito o incluso mientras lo estás escribiendo. El año 2017 fue muy importante para mí, porque publiqué mi primera novela: Lumen.

Ahora que hago balance, me doy cuenta de que fue muy gratificante, pero también cometí errores que dejaron huella. La mayoría se debió a la falta de experiencia o de información. Supongo que es normal cuando se está empezando, y no hay nada más que ver la experiencia de otros escritores. Por eso, quería contarte algunos de mis fallos. Tal vez conocerlos te evite dolores de cabeza en el futuro.

1. PRESENCIA EN LAS REDES SOCIALES

Un error del que todavía me arrepiento por no haberlo hecho antes es tener presencia en internet, sobre todo en las redes sociales. Hace dos años pensaba que una vez que publicara mi libro era cuando debía crear un blog de escritora o usar la cuenta de Twitter. Mientras tanto, mi Facebook personal me venía largo, porque solo hablaba con amigos o compartía fotos puntuales.

Me resultó muy complicado hacer todo el trabajo de marketing del libro cuando apenas tenía seguidores y algunas redes estaban muertas (creo que en Twitter tenía 5 o 6 amigos que ni se conectaban, aunque yo me conectaba menos aún).

Si hablamos de solicitar reseñas, ya es otro cantar. No se puede ir así por las buenas a blogs literarios o booktubers y esperar que te acepten sin más

Ponte en su situación: tienes una lista de libros para leer y un blog o canal. Alguien a quien no conoces te dice de repente que leas su libro y hagas una reseña. Y no sabes nada de esa persona, ni siquiera cómo escribe. ¿Qué harías tú? Pues eso, lo más normal es que te digan que no o se lo piensen hasta tener más información sobre ti.

Reconozco que en ese sentido, no fui agresiva. Hice todo poco a poco y con tacto. Además, tuve suerte de dar con gente estupenda. Pero también sufrí rechazos o me dijeron que sí y nunca hicieron una reseña. Fue cuando me di cuenta de que todo eso era un proceso de meses de acercamiento a esas personas.

Luego todo vino solo, porque cuando el libro se conoció más y la gente hablaba de él, eran ellos los que contactaban conmigo y me lo pedían para hacer reseñas (un tema del que podríamos hablar largo y tendido, porque en este asunto también se cometen muchos errores y puede perderse mucho dinero si no se hace bien).

2. EL BLOG

Hace dos años pensaba que el blog de escritor se creaba después de publicar. Bastaba con tener una página donde hablar sobre ti y tus novelas. Por supuesto, me equivocaba.

Tener un blog es fundamental para tener visibilidad y no tiene nada que ver con lo que acabo de mencionar. Los blogs actuales requieren esfuerzo y paciencia.

No es fácil mantenerlo, sobre todo porque todo son gastos de dinero y de tiempo. Sin embargo, si te gusta lo que haces, no te pesa. Es todo un reto, no te lo voy a negar, pero la visibilidad aumenta. En este mar en que hay tantos peces, es necesario destacar.

3. FECHA DE PUBLICACIÓN

No me di cuenta de lo importante que era tener una fecha de publicación prevista hasta que no me cayó encima el verano y elegí el peor momento para lanzar mi libro. Mi intención era haberlo hecho en mayo, pero me surgieron una serie de problemas personales que me obligaron a retrasarlo. Tenía lista la portada, pero aún no había maquetado el libro, ni creado la sinopsis, ni nada de nada. Me planté en el 23 de junio.

Agosto y enero son los peores meses, pero te aseguro que julio no se queda atrás. Mi cabezonería y el haber esperado más de dos años para que el libro viera la luz me hicieron apresurarme. Todo esto hizo que tuviera que retrasar las presentaciones hasta octubre y meses posteriores. ¿Quién iba a venir a verme en verano?  Como ves, hay una gran distancia entre fechas.

Mi recomendación es que te pongas de límite una fecha creíble donde, a no ser que sea por causa mayor, sea posible sacarlo a la venta. No te sirve de nada pensar que vas a publicar dentro de un mes una novela que ni has corregido y de la que tienes que encargar la portada o la maquetación. Todo este proceso será lento, sobre todo cuando dependes de otros.

No tengas prisa y ve sobre seguro. De nada sirve ser impaciente, como ya has visto. Si has esperado un año o dos o lo que sea, puedes esperar un par de meses más.

4. LECTORES BETA

Uno de mis peores errores fue confiar en que mi familia o mis amigos eran lectores beta adecuados. A ver, no me malinterpretes, me alegré mucho de que leyeran el libro y me dieran su opinión, pero no fue suficiente. Tu gran amiga a la que solo le gusta la romántica y se va a leer tu novela de terror porque es tuya no es la adecuada.

Una de las cosas más difíciles de conseguir es tener lectores cero de calidad y gratis más aún. No solo por lo que supone darles tu libro y confiar en ellos, sino por lo que esperas a cambio. Los comentarios con tacto de mis conocidos no se parecieron en nada a los que me hicieron otras personas que eran lectores o escritores de mi género. Estos me ayudaron a ver cosas que se me habían pasado, a hierro y sin temor a hacerme daño. Además, aprendí muchísimo para escritos posteriores.

Otro fallo que cometí es no haberles dado una lista de preguntas. Habrían sido fundamentales a la hora de hablar del libro. Con la ausencia de las preguntas, te van a mencionar cosas relevantes que le gustaron o que no. Apenas se acordarán de sensaciones o pensamientos que tuvieron cuando leyeron.

Si quieres saber cómo conseguir lectores cero de calidad, te recomiendo leer este artículo de Gabriella Literaria, donde incluso te da una lista de preguntas.

5. INFORMACIÓN ADICIONAL EN EL LIBRO

La inocente Celia que publicó en Amazon decidió que con la historia era suficiente y que no hacía falta machacar al personal con más información. Al final del todo añadí los agradecimientos y una breve referencia a dejar comentarios o el nombre de mi página. Me equivoqué.

Cuando el libro se empezó a leer, la gente lo comentaba en las redes sociales con un hashtag diferente al que yo quería. Elegían #Lumen a secas, porque era más fácil. Claro que ese ya se usaba para otras cosas que no tenían que ver con mi libro. Me esforcé en que lo mencionaran como #novelaLumen, pero dio igual. La gente hace lo que le viene en gana y eso no se va a cambiar. Así que hay por ahí comentarios a mi novela con el hashtag de una empresa extranjera de bombillas o la editorial con el mismo nombre.

Aprendí que, si yo quería que hablaran sobre el libro de una manera, debía ponerlo en el mismo libro, el que se acababan de leer. También si quería que visitaran mi blog, de lo que hablaré con más detalle en el siguiente punto.

5. LA LISTA DE SUSCRIPCIÓN

Cuando publiqué la novela, me olvidé por completo de una lista de suscripción enfocada solo a lectores: donde pudieran estar al día o descargar material adicional.

Piensa en esto: has comprado una novela en Amazon, la has leído y te ha gustado. Si además el autor te dice que vayas a su blog porque te va a dar más contenido gratuito y te va a tratar como lector vip, seguro que ni te lo piensas.

7. LA MAQUETACIÓN

Un palo grande que me llevé fue al publicar en papel. Lo recuerdo todo como un lío tremendo sin sentido, en que cada opción que elegía fue peor que la siguiente. Hubo días de mucho estrés y frustración. Además de las muchas vueltas que le di al formato, uno de los peores fallos que recuerdo tuvo relación con el ISBN.

Tenía dudas sobre qué hacer y leí algunos tutoriales donde se decía que era imprescindible si quería llevar la novela a librerías. Me gasté 45€ e introduje ese número tan largo en KDP, la plataforma de Amazon donde subes tu libro en papel. Después me di cuenta de que me habrían asignado ellos un número y no era necesario haberme gastado ese dinero. Pero bueno, ya que estaba hecho, no había vuelta atrás.

Iba a encargarles libros para las presentaciones, pero me enteré de que en una imprenta eran más baratos. Así que decidí contactar con ellos. Me dijeron que el formato que yo había creado para Amazon no les valía. Sus medidas eran diferentes. Así que tuve que hacer otra maquetación distinta y adaptar la portada. Trabajo doble, vamos.

Uno de los días más felices de la vida de un escritor es cuando recibe su libro en papel. Es algo inolvidable.

Cuando la imprenta me envió las cajas con los libros me quede en shock: ¡no le habían puesto el ISBN! El dichoso número me perseguía por todos lados.

Mencionaron que fue un error de comunicación (por mi parte, como no) y no podían devolverme ni el dinero ni cambiar los libros. Como solución, tuve que añadir en la contraportada una horrorosa pegatina.

Mi consejo: consulta si tienes dudas, infórmate antes de dar el paso, revisa una y otra vez la previsualización, pide una copia, revisa el resultado, pregunta y pregunta… porque te puede salir todo muy caro. Y no solo hablo de dinero, que también, sino de tu trabajo y tu esfuerzo.

Mi balance final de esa experiencia fue que aprendí tanto que espero no repetirlo en novelas posteriores y haber podido ayudarte para que no pases por los mismos errores que yo.

¿Has publicado una novela? ¿Te has encontrado con algún error como el mío? Pásate por los comentarios y cuéntame cómo te ha ido.

The following two tabs change content below.
Correctora, maquetadora, mentora y formadora de escritores. Autora de manuales de escritura y novela juvenil. Ayudo a escritores a mejorar y pulir sus textos, y a dejarlos listos para publicar. Les enseño cómo revisar sus libros y todos los secretos de la autopublicación.
Ir al contenido