El bloqueo del escritor es un problema muy frecuente. Si te paras a pensarlo, no tiene mucho sentido que ocurra: quieres escribir y te gusta más que nada (tal vez hasta quieres dedicarte a esto de manera seria), pero cuando decides ponerte con tu texto, una fuerza invisible te impide hacerlo. Parece que es un misterio del universo, como por qué nadie es capaz de descubrir la identidad de Superman a pesar de que el tipo solo se cambia de ropa y se pone unas gafas, pero no es así.

Aunque no lo creas, la mayoría de los bloqueos surgen por tu culpa. Sí. Tienes que asumirlo. Nadie ha venido a apuntarte con una pistola para que no te pongas a escribir. Tú eres el que se boicotea, que se empeña una y otra vez en buscar excusas a las que aferrarse para no escribir. Y algunas son bastante convincentes, tanto, que hasta tú mismo te las crees.

Hoy te traigo algunas situaciones que pueden afectar a tu escritura, incluso hacer que dejes de escribir. Si acabas con ellas, el bloqueo desaparecerá y podrás escribir siempre que quieras.

1. NO TENGO TIEMPO

Creo que esa es una de las excusas que más se oyen, ¿verdad? Cuando he hablado con alguien sobre la escritura en las presentaciones de mi libro o en otros momentos me han dicho con aire melancólico: «a mí también me gusta escribir, pero es que no tengo tiempo. No sé cómo lo haces…»; o «me encantaría escribir alguna novela algún día. Tengo una idea y todo, pero estoy taaaan ocupado»… Otros me han comentado que les gustaría participar en la revista literaria que coordino junto a unos compañeros, pero andan tan liados que no son capaces de escribir un relato de cinco páginas.

Pues no sabes la de tiempo que pierdes haciendo muchas otras cosas que tal vez te aporten menos que escribir: mirando el móvil o viendo la tv, leyendo este artículo (¿qué haces aquí cuando deberías de estar escribiendo?)… incluso pensando en que no tienes tiempo de hacer nada. Sí. Así están las cosas. Nuestra mente es de lo más peculiar.

Mi consejo:

Todo depende de la actitud y de priorizar. Si te organizas, estoy segura de que vas a encontrar un hueco. Sobre todo, es importante que lo conviertas en una rutina.

Algo que bloquea mucho antes de ponerse a escribir es pensar que solo puedes hacerlo en el lugar ideal, que todo a tu alrededor sea favorable y estar todo el día escribiendo como esos escritores que sale en las películas en un retiro autoimpuesto en medio de la montaña. Nada más lejos de la realidad. Puedes escribir en cualquier sitio.

Seguro que tienes media hora libre, ¿verdad? Asígnale un momento del día concreto. Si no faltas a tu cita, al cabo de unos meses tendrás un montón de palabras y tal vez el borrador de una novela o varios relatos.

Puede que te cueste al principio crear este hábito, por eso te recomiendo que te descargues la guía «11 trucos para planificar con éxito tus escritos» que hay en el blog. Al final del todo hay una plantilla que te ayuda a tener un registro de cada día y a no faltar a tu cita diaria. Si se convierte en una rutina lo verás como darte una ducha, comer o sacar al perro a pasear.

2. ¿AHORA CÓMO SIGO?

Otro fallo común es gastar mucho tiempo en pensar cómo seguir lo que dejaste el día anterior y en que estás muy bloqueado porque ahora no sabes cómo encaminar tu historia. Encima, te pones a releer y te agobias más, porque lo que escribiste ayer es un desastre.

Déjame que te cuente un secreto, aunque seguro que ya lo sabes: se produce un momento mágico después de escribir las primeras palabras, porque todo fluye y ya no quieres parar. Si estás pensando en que no estás motivado o en que no tienes ni idea de cómo seguir, te resignarás y lo dejarás de lado. Ponerse es el momento clave y a veces es lo que más nos cuesta.

También puede que esto ocurra porque has llegado a un callejón sin salida y no sepas cómo continuar tu novela. Si planificas antes, al menos lo esencial, esto no será un problema nunca más, porque sabes por donde va el camino que tienes que seguir.

Mi consejo:

Te confieso que no me gusta tener toda la novela muy planificada, pero conozco lo más relevante. Así que lo que hago es apuntar lo que voy a escribir la vez siguiente. Tienes que hacerlo cuando estás motivado, justo después de cortar la escritura, en ese momento en que piensas: «nooo, ¿por qué tengo que dejarlo ahora? Solo un poquito más…». Dejas preparada una breve anotación antes de irte. Así tienes allanado el terreno para el día siguiente. Nunca perderás un tiempo valioso de escritura en pensar en cómo seguir o en la falta de inspiración.

Otra alternativa es escribir algo diferente, darte un respiro de tu historia. Algo que empiece en una idea espontánea, solo para darle rienda suelta a la imaginación. Es un ejercicio muy interesante y no te ata a la historia que estás contando. Solo por el placer de escribir y practicar. Lo mismo te sorprendes y puedes aprovechar esa historia para incluirla en algún capítulo de tu novela. Yo lo he hecho algunas veces y he llegado a escribir incluso cuentos.

3. ME AGOBIA TANTA TÉCNICA

Muchos escritores pierden la concentración porque quieren hacerlo todo perfecto. Pretenden buscar la palabra adecuada y escribir frases impresionantes como si la novela fuera a publicarse nada más acabar. Hay que aprender técnicas de escritura, ya que te convertirán en un escritor más completo, pero si no las conoces bien y no has trabajado mucho con ellas, necesitas empezar a usarlas de otra manera. Pensar en ellas mientras escribes hace que se pierda la motivación (sobre todo si se une al punto siguiente).

Quien está empezando a escribir o ha asistido a cursos, leído tutoriales, etc. y tiene todos los conocimientos mezclados en la cabeza no utiliza lo que ha aprendido como algo espontáneo. Estar pensando en hacerlo bien hace que te bloquees al punto de que no salga nada por considerar que no estás a la altura. Y peor aún cuando te comparas con el resultado de otros.

Mi consejo:

Lo primero es soltar todo lo que tienes en mente, dejar libres las palabras y las ideas. El resultado final será un borrador que necesitará revisión y algunos cambios, pero la historia la has contado como querías: inspirado y con mucha motivación, en total estado de flow.

Cuando revises tu novela será el momento de poner en práctica las técnicas y ver si las has cumplido o no. Por ejemplo, si no escribes bien los guiones de diálogo, usa el guión que puedas solo para distinguir quién interviene y no hacerte un lío y al revisar cambia al correcto.

Una vez que te acostumbres a ellas, irás incluyéndolas cuando escribas o cuando realices la planificación de tu novela.

4. TENGO TENTACIÓN DE RELEER

Releer lo que se ha escrito es imprescindible… cuando la novela está acabada. Si relees a cada momento, te vas a bloquear, sobre todo si tiene relación con el punto anterior. Una amiga mía a la que le encanta escribir relatos siempre me decía que se bloqueaba cuando estaba llegando al final. Escribía muy motivada y cuando casi había acabado lo releía todo y se daba cuenta de que tenía muchos errores. Esto la bloqueaba durante días, escribía porque quería acabar y sus finales perdían mucha calidad.

Mi consejo:

Escribe hasta el final sin releer o lee solo aquellas escenas o capítulos que consideras terminados. Una forma de no caer en la tentación es apuntar lo siguiente, como te expliqué en el punto 2. Releer anula por completo la creatividad.

5. NO PUEDO LIBRARME DE MIS OBLIGACIONES

Algo que bloquea mucho antes de ponerse a escribir es pensar en obligaciones que hay que zanjar antes de centrarse en la escritura. Esta queda en un segundo plano y las otras cosas ganan terreno. A veces son tantas, que llega el final del día y no has hecho nada. No sé a ti, pero yo me pongo de mal humor cuando no puedo escribir, así que intento hacerlo sí o sí.

Si a todo esto le unes que consigues sentarte a escribir, pero estás dándole vueltas a la cabeza con que tienes que hacer esto o lo otro, vamos de mal en peor.

Mi consejo:

Considera la escritura algo tan importante como el resto de obligaciones y permítete ese momento. Escribir debe tener un lugar privilegiado en tu lista de actividades diarias. Si no puedes planificarte, te recomiendo usar un bullet journal o una agenda donde tengas apuntadas las cosas diarias por hacer.

Quítate primero de encima lo más urgente, eso que no te va a dejar tranquilo hasta que lo hagas de una vez, y luego ponte a escribir. Así llegarás a ser mucho más productivo. Si te agobias mucho, puedes controlar tu tiempo con un temporizador corriente o bien con uno online: moosti, e.gg timer o forest, por ejemplo. Y no te olvides de delegar en otros algunos asuntos. No tienes por qué hacerlo todo tú.

Cuando te sientes a escribir, concéntrate en lo que estás haciendo. Insisto: permítete estar ahí, tener ese momento para ti. Te lo mereces y no te sientas culpable por ello, ni siquiera por dejar aparcadas otras obligaciones. Ya las harás cuando termines tu escritura. Si estás pensando en otras cosas, no podrás escribir y te bloquearás mucho.

6. ESTA ESCENA ME PUEDE

A veces tenemos una novela o una historia planteada y vamos escribiendo linealmente. Cuando terminamos con una escena, seguimos con otra y así hasta que se forma toda la novela. En ocasiones no tenemos ganas de escribir una escena romántica, sino una de acción, o al contrario. Eso genera un bloqueo porque no nos apetece y nos estamos obligando a ello solo porque toca.

Recuerdo que en este último Nanowrimo me pasó algo parecido. Estuve bloqueada algunos días y escribía con desgana porque me estaba obligando a crear un capítulo que no me apetecía en ese momento. Dejé el hueco en blanco y me puse con otro tipo de escenas y la inspiración fluyó. Eso es lo bueno de usar Scrivener, que puedes organizarte en capítulos o escenas por separado y da igual que saltes de unos a otros según te apetezca, cosa más complicada de hacer en Word.

Mi consejo:

Nadie te obliga a hacer tu escritura lineal. Si te apetece escribir en un momento otra escena, hazlo. Suelta lo que tienes dentro y escribe.

Seguro que la inspiración que has tenido ahora no llegará igual después, ni siquiera si apuntas todos los detalles. A veces, he escrito escenas que me apetecían. Cuando llegaba el momento de encajarlas en la novela, no cuadraban del todo y las he tenido que retocar, pero las he creado en el instante en que me apetecía. Me sentía muy feliz escribiendo.

De nada te servirá desear que llegue el día de escribir una escena que te mueres por hacer y esperar meses. Puede que cuando sea así, te pille un día con poca motivación y tu ilusión de tanto tiempo atrás se vaya al traste, por lo que no saldrá como habías esperado.

7. ¿ESCRIBIR ES LO MÁS IMPORTANTE PARA MÍ?

Creo que deberías hacerte esta pregunta. Si la respuesta es que sí, encontrarás la manera de escribir. Habrá otras cosas que son muy importantes también, por supuesto, pero, si tienes un momento para ellas, ¿por qué no tenerlo también para escribir? En cuanto tomes conciencia de esto, todo cambiará.

Cuando tu cambies, lo hará también el mundo. Los que te rodean te respetarán y no tendrás que rogar por ese momento dedicado a la escritura.

También influye mucho la personalidad. Por eso te recomiendo leer este artículo de Alejandro Quintana sobre los bloqueos y la forma de ser. Mientras tu mente ponga obstáculos y excusas sobre otras cosas o sobre los demás, seguirás con bloqueos y diciendo las cosas que mencionamos antes: no tengo tiempo, no tengo espacio, me bloquea esta escena… Y tu novela solo quedará en un sueño por cumplir. No dejes que sea así. Haz tu sueño realidad, si es lo que quieres.

Como ves, tú eres quien tiene en su mano escribir o no. No te niego que habrá circunstancias puntuales que tal vez te impidan escribir tanto, pero, ya sabes, con que le dediques algunos minutos al día, seguro que lo consigues. Es la mejor rutina que puedes llegar a tener, ¿no crees?

¿Sueles bloquearte mucho? ¿Cuáles son tus excusas preferidas para no escribir? Cuéntamelo todo en los comentarios.

The following two tabs change content below.
Correctora, maquetadora, mentora y formadora de escritores. Autora de manuales de escritura y novela juvenil. Ayudo a escritores a mejorar y pulir sus textos, y a dejarlos listos para publicar. Les enseño cómo revisar sus libros y todos los secretos de la autopublicación.