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Los errores de subordinación son muy comunes por la complejidad de las subordinadas en sí. Muchas veces nos liamos a escribir eternas parrafadas con una frase dentro de otra, algo interminable que deberías de evitar. No está de más añadir algún punto de vez en cuando y dejar de lado las comas, la verdad.

Uno de los fallos más frecuentes es el dequeísmo, es decir, el uso de la combinación «de que» cuando no corresponde. Estoy segura de que en más de una ocasión te ha surgido la duda de si usar «de», pero es porque algunos verbos o construcciones sí lo exigen.

No te preocupes si te parece un poco lioso, porque vamos a ir viendo poco a poco cómo evitar este error. Reconozco que puede ser un poco complicado a veces, pero intentaré que lo entiendas y dejarlo lo más claro posible.

CASOS DE DEQUEÍSMO

Aunque en este artículo me voy a centrar más en la subordinación, quiero mostrarte que este problema también aparece en otros momentos:

1. EN SUBORDINADAS

Hay diferentes tipos de oraciones subordinadas que están encabezadas por un «que»: de sujeto, de complemento directo y de atributo.

No te preocupes por esos detalles con palabrejas que tal vez no entiendes mucho o de las que no te acuerdas de cuando lo estudiaste, porque vamos a verlo con ejemplos. Seguro que así te resulta más fácil de comprender:

Es posible que me cambie de trabajo → sujeto
Me dijeron que se ha comprado una casa nueva → complemento directo (¿qué es lo que te dijeron?)
Mi intención es que vayamos este año a la playa → atributo (con los verbos ser, estar o parecer)

Todos estos ejemplos que te he puesto son correctos. El problema viene cuando antes de «que» se introduce la preposición «de» sin venir a cuento:

Es posible de que me cambie de trabajo 
Me dijeron de que se ha comprado una casa nueva  
Mi intención es de que vayamos este año a la playa  

Tal vez lo hayas visto en alguna ocasión. A lo mejor no en estos ejemplos tan llamativos, pero sí en otros en que puede pasar desapercibido o no se nota tanto.

CONFUSIONES CON OTROS VERBOS IGUALES

Algunos de estos errores surgen por confusión con otros verbos que sí exigen la preposición: acordarse de, alegrarse de , arrepentirse de, olvidarse de, preocuparse de, encargarse de, hablarse de, depender de y tratar de:

Me acordé de que mañana es tu cumpleaños
Me olvidé de que habíamos quedado

Omitir la preposición «de» en estos casos, puede llevar al efecto contrario y crear también un error, llamado queísmo. Vamos, que lo puedes estropear tanto si usas «que» como si no y liarla con las frases si no estás atento:

Me acordé que hoy es tu cumpleaños 
Me olvidé que habíamos quedado 

Como ves, a todas estas oraciones les falta algo, ¿verdad?

EJEMPLOS

Mira la diferencia entre estas tres oraciones tan parecidas:

Me alegré de que aprobaras el examen = me alegré de eso (complemento de régimen) ✅
Me alegré que aprobaras el examen = me alegré eso ✘ (queísmo)
Me alegró que aprobaras el examen = me alegró eso (complemento directo) ✅

Te dejo algunos ejemplos con el resto de palabras de la lista:

Se alegra de que todo haya acabado bien.
Me olvidé de que ibas a venir.
Se encargó de que fuera la mejor fiesta.
El éxito depende de que hagas bien tu trabajo.
Trata de que te llamen lo antes posible.
Se preocupa de que la casa esté ordenada.
Se habla de que estabas implicado.
Se acordó de que tu amiga vendría hoy.

Tal vez todo esto te parezca un poco lioso al pensar en cuál usar o no. Lo importante es que no te suene raro al aplicar un truco que te voy a enseñar más adelante. Será pan comido y ya no habrá más errores de queísmo o dequeísmo.

2. CAMBIO DE PREPOSICIÓN

Hay ocasiones en que algunos verbos exigen unas preposiciones concretas, pero las cambiamos por «de» en vez de por la que debería llevar en realidad:

Insistió de que quería ser mi amigo 
Insistió en que quería ser mi amigo

Me fijé de que iba muy elegante 
Me fijé en que iba muy elegante

3. EN CONSTRUCCIONES

En algunas construcciones es común encontrar la «de» añadida, aunque es algo incorrecto. Ninguna de estas la lleva:

  • A no ser que

A no ser que llame, no pienso esperarlo ✅
A no ser de que llame, no pienso esperarlo  

  • A medida que

A medida que voy mejorando, me siento más segura ✅
A medida de que voy mejorando, me siento más segura  

  • Una vez que

Una vez que lo conoces, entiendes su comportamiento ✅
Una vez de que lo conoces, entiendes su comportamiento  

FORMAS DE EVITARLO

Hay varias maneras de evitar cometer este error, con algunos truquillos que te salvarán el cuello en más de una ocasión:

1. CAMBIARLO POR «ESTO» O «ESO»

Si te fijas en estos ejemplos, te darás cuenta de que  a veces la oración no tiene ningún sentido cuando lo sustituimos:

Me alegra que tengas coche nuevo = Me alegra esto
Me alegra de que tengas coche nuevo = Me alegra de esto  

Conviene que hables con más tranquilidad = Conviene eso
Conviene de que hables con más tranquilidad = Conviene de eso  

Comprendo que no quieras venir conmigo = Comprendo eso
Comprendo de que no quieras venir conmigo = Comprendo de eso  

Estoy segura de que vendrá con nosotros = Estoy segura de eso
Estoy segura que vendrá con nosotros = Estoy segura eso  

2. CAMBIAR A INTERROGACIÓN

Otra manera de averiguar si es adecuado o no introducir la preposición es cambiando la oración a una interrogativa. Si tiene la preposición «de», tiene que mantenerse, igual que si no la tiene. La pregunta y la respuesta deben tener o no sentido para saber si está bien hecha.

Debes dejar de lado esos casos en que la pregunta tiene también sentido si se aplica a otros ejemplos diferentes, y centrarte solo en el tuyo y si se ajusta a ella:

Le preocupa que mañana llueva = ¿Qué le preocupa? —> que mañana llueva
Le preocupa de que mañana llueva = ¿De qué le preocupa?  

Está seguro de que ganaremos el partido = ¿De qué está seguro? —> de que ganaremos el partido
Está seguro que ganaremos el partido = ¿Qué está seguro?  

En este último ejemplo, la pregunta tendría sentido si la aplicas a otro contexto, pero en este caso concreto no lo tiene.

EXCEPCIONES: ALGUNOS VERBOS QUE ACEPTAN AMBOS CASOS SEGÚN EL SENTIDO

  • ADVERTIR

Cuando se usa con el sentido de «darse cuenta de algo» o «reparar en algo», y como «consejo», se construye sin la preposición:

Advertí que iba muy bien vestido
Cuando llegó, advirtió que no estaba solo en la casa
Le advirtió que no fuera por ese lado de la calle (= le aconsejó)

Cuando significa «poner algo en conocimiento de alguien», puede construirse con o sin preposición:

 Advertir a alguien de algo (con preposición):

Le advertí de lo que podría pasarle si seguía así

♦ Advertir algo a alguien (sin preposición):

Te advierto que esta vez no voy a dejarlo pasar

  • AVISAR

Cuando se usa en el sentido de advertir o hacer saber algo a alguien, se puede usar de las dos maneras. La diferencia es complicada de distinguir a veces y tiene que ver con leves matices:

♦ Avisar a alguien de algo (con preposición)

La doncella avisó a la reina de que el vestido estaba reparado
Avisaron a los asistentes de que la reunión iba a comenzar

♦ Avisar algo a alguien (sin preposición): aunque es muy similar al anterior, en estos casos el aviso sería el complemento directo.

Te aviso que me estoy hartando de esto

  • DUDAR

Cuando significa «tener dudas» o «desconfiar», puede construirse de las dos maneras:

Intransitivo: se usa con preposición

Dudo de que sea tan bueno como aparenta (= dudo de eso)

♦ Transitivo: se usa sin preposición, porque el complemento del verbo es directo y siempre va sin preposición.

Dudo que sea tan bueno como aparenta (= lo dudo)

Si has llegado hasta el final del artículo, tengo que darte el mérito, porque el tema es un poco denso y complicado, lo reconozco, aunque también es fundamental. Solo sería perdonable si uno de tus personajes habla así por diferentes causas, aunque tendrías que dejarlo muy claro para que el lector no crea que está ante un fallo imperdonable.

¿Te has encontrado con este error muy a menudo? ¿Te han surgido dudas a la hora de crear ciertas construcciones? Cuéntamelo en los comentarios.

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Correctora, maquetadora, mentora y formadora de escritores. Autora de manuales de escritura y novela juvenil. Ayudo a escritores a mejorar y pulir sus textos, y a dejarlos listos para publicar. Les enseño cómo revisar sus libros y todos los secretos de la autopublicación.
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