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Empezar a escribir puede convertirse en un reto para quien quiere plasmar en el papel las historias que le rondan por la mente. A algunos les sale de manera natural, pero otros necesitan una guía. En esta serie de artículos, irás aprendiendo, de la mano de varios escritores, cómo adentrarte en cada género narrativo para empezar a crear esa historia que siempre soñaste escribir.

El artículo de hoy se centra en los manuales de no ficción. Cristina Centeno es psicóloga, investigadora, divulgadora y facilitadora de decisiones y cambios (tanto individuales como organizacionales), y expatriada feliz. Ayuda a particulares y profesionales a salir de un estado de bloqueo, pasividad, confusión, crisis e indecisión, y a dejar de sentirse víctimas de las circunstancias, recuperando el timón de sus vidas para tomar decisiones y protagonizar cambios (de profesión, de vivienda, de pareja, de lugar de residencia, etc.), con la mejor equipación posible. Tras una experiencia de más de quince años acompañando a personas y grupos, e investigando, ha publicado ocho libros académicos vinculados al ámbito sociosanitario y al bienestar emocional. Si quieres conocerla mejor, te invito a que leas sus artículos y visites su página. ¿Quieres descubrir todo lo que está dispuesta a enseñarte?


PARA ABRIR BOCA…

Muchos profesionales, con buenas intenciones y notables capacidades de expresión escrita (de ortografía, gramática, sintaxis, etc.), se sienten incapaces de sentarse y articular un plan para escribir y “aterrizar” su libro en papel. Aquí está el talón de Aquiles de muchos potenciales autores de libros académicos. Saber escribir bien y tener ilusiones ya es un faro importante y necesario como pilar de apoyo para afrontar toda la travesía de redacción. No obstante, para poder llegar con éxito y fluidez al puerto de nuestro primer manual, necesitamos integrar muchas más herramientas a nuestra equipación de escritores.

Si eres investigador, divulgador, científico o escritor en ciernes, y crees que tienes alguna asignatura pendiente relacionada con la forma en la que afrontas la planificación y escritura de un texto de no ficción, sigue leyendo porque voy a mostrarte una metodología para centrar y escribir tus publicaciones. Escribir un libro está al alcance de tu mano, y este post contiene las “miguitas de pan” o las estrategias de planificación, estructuración, argumentación y redacción que estabas buscando, para ganar en confianza, eficacia, claridad y disfrute a la hora de darle a la “teclita”.

Cristina Centeno

DESDE LA ANARQUÍA Y EL CAOS, A PULIR MI PROPIO MÉTODO

Debo confesarte, en esta pequeña mesa camilla que me ha brindado tan generosamente Celia, que, cuando me propuso escribir una entrada para su magnífico blog sobre la mejor estrategia para afrontar la estructuración y redacción de un libro de no ficción, no lo dudé ni un segundo. Rápidamente me asaltó la pregunta: ¿Qué me hubiese gustado saber antes de lanzarme a la escritura de mi primer libro?

En mi pellejo he experimentado la necesidad de fijar y cumplir una buena hoja de ruta para llegar a un buen puerto en nuestras producciones escritas. ¡Cuántos quebraderos de cabeza me habría ahorrado, de haber tenido los apoyos oportunos y una estrategia óptima al abordar este complejo oficio de la escritura!

Lo cierto es que hay muchísimas cosas que me hubiese gustado saber antes de escribir mi primer libro, ya que todo fueron dudas, inseguridades, erratismos y avances y retrocesos en aquellos primeros libros de encargo. Por desgracia, cuando yo comencé a redactar mi primer manual hace más quince años, no había mucha información disponible en Internet, así que comencé a hacerlo a tientas y con la intuición como motor e hilo conductor de cada decisión, cada palabra, cada epígrafe y cada capítulo a escribir.

No quiero perder la oportunidad de compartir contigo una lista con puntos que debes contemplar antes de escribir un manual: información útil y condensada para redactar tu primer trabajo sin naufragar durante la travesía.

REQUISITOS DE PARTIDA

Lo primero que debes clarificar es el tipo de texto que te dispones a redactar, porque no es lo mismo escribir un informe, que una monografía, un ensayo o una tesis doctoral.

Características básicas que debe reunir tu manual:

  • Tu texto debe ser intertextual. Se suele recurrir a otros textos para fundamentar o validar sus planteamientos, o bien para refutar o reforzar las conclusiones de aquellos. Aquí reside el valor de las citas en tu redacción.
  • Tu texto se desarrolla en y para un contexto. Debes considerar quiénes serán los principales destinatarios de tus trabajos.
  • El objetivo de tu texto es comunicar o dar a conocer los resultados fruto de un proceso intelectual (riguroso y sistemático) de investigación o reflexión en torno a un objeto concreto. Nuestro trabajo debe suponer, por tanto, una aportación significativa al área temática en la que se enmarca.
  • Con tu texto buscas persuadir o convencer al lector acerca de la validez de tus resultados y la relevancia de tus contribuciones. Recuerda que, en este contexto, si tu trabajo es científico, deberá ser reconocido y aceptado por una comunidad científica.
  • Tu texto debe sustentarse en argumentos claros. A pesar de informar sobre resultados, tus trabajos también son, en mayor o en menor medida, argumentativos ya que exponen tu perspectiva. Sin embargo, tus argumentos no deben ser el reflejo de ningún tipo de prejuicios y prenociones. Debe primar siempre la claridad, la precisión y la brevedad en tu exposición (Mari Mut, 2013).
  • Tu producción escrita debe mantener siempre un discurso formal. Nuestra redacción se diferencia de otros textos y del lenguaje coloquial hablado por el empleo de un lenguaje sobrio y formal. Además, nuestros textos emplearán una terminología acorde con sus planteamientos y con el área temática en la que se enmarcan.
  • Tu texto debe seguir un orden lógico. Realizamos una presentación ordenada en partes diferenciadas y lógicamente consecutivas. En cualquier caso, el orden particular y los apartados específicos dependerán del tipo de texto que abordemos y de los parámetros institucionales en el que se desarrolle.

El propósito de este post es demostrarte que escribir un libro es posible, incluso con las múltiples obligaciones que todos tenemos en nuestras vidas diarias. Quiero que ambos tengamos claro lo siguiente: lo que te hace falta no es más tiempo, sino pensar la escritura de otra manera y organizarte mejor para poder hacerlo. Lo primero que tenemos que evitar es, como señala Becker (1984), la pretensión de escribir “de un plumazo”. Redactar con el plazo límite pegado al cogote te conectará, inevitablemente, con la urgencia, la frustración, el aumento de errores e imprecisiones en su redacción y estructura, la falta de fluidez durante el proceso, la imposibilidad de revisar todo lo escrito o la insatisfacción con el resultado final.

En este punto, deberías afrontar la primera dosis de realidad importante: Un texto de no ficción no es algo que brote de una inspiración final o una “musa” que nos lleva en una línea recta de la idea feliz a un texto pulido y perfecto. Se trata de un continuo:

PASOS Y PARTICULARIDADES DEL PROCESO DE ESCRITURA

Para afrontar la compleja tarea de estructurar y redactar tu primer libro de no ficción con éxito, es necesario que te equipes, con pasión y con tu mejor disposición psico-biológica para la escritura, y que introduzcas pasos, rituales y hábitos de escritura sostenibles y eficaces en el tiempo. Presta atención a los siguientes puntos de la travesía:

1. Califica tu punto de partida y tu destino final, y crea un plan

  • Es importante que te conectes con la ilusión, como motor de partida, y que elijas un tema de escritura que te resulte motivador, atractivo y accesible para ti. ¡Es durísimo escribir sobre algo que no nos interesa!
  • Diseña un plan. Escribir un libro es como construir un plano y todos se inician con un plano coherente y sólido para obtener los mejores resultados posibles. Piensa bien qué quieres contar, cómo vas a organizar la información en capítulos, cómo vas a terminarlo.
  • Contextualiza tu publicación: el contexto le dará sentido y valor al texto.
  • Hazte una idea de quiénes y cómo serán tus potenciales lectores. ¿Cuánto se supone que conocen del tema? ¿Son expertos, semiexpertos o totalmente legos?
  • Criba y filtra oportunamente la información de partida. ¡No todas las “ideas felices” sirven para nuestro objetivo!

2. Redacta el primer borrador de tu libro: será tu primera conquista.

Tu primer borrador es para experimentar y debe ser un texto despojado de expectativas. Es bueno que entiendas que lo primero que vas a escribir será un borrador que deberás revisar, editar y reescribir varias veces hasta obtener un resultado final satisfactorio. Cuando revises, en un momento posterior, podrás eliminar todo lo que no es sólido o no te convence, pero aprovecha y saca todo lo que llevas dentro.

Probablemente tu primer borrador será sólo un conjunto de ideas o pensamientos, en forma de diagrama confuso. Esto es perfecto. Cada etapa tiene su propio criterio de excelencia y en esta etapa lo que buscamos es tener una idea clara de lo que queremos escribir y marcar una buena “hoja de ruta” para nuestra navegación. No hay nada más difícil que escribir un texto cuando no sabemos qué queremos escribir.

Las actividades para redactar tu primer borrador son:

  • Saca tu agenda y fija la fecha límite para la escritura de tu borrador y para la redacción final del libro. Éste será tu cable de toma tierra y marcará la intensidad y tu ritmo de escritura. No es lo mismo tomarnos un año entero para escribir un manual, que tener una fecha límite de tres meses para la entrega del producto final. Yo suelo invertir entre seis y ocho semanas en la preparación del primer borrador, y preciso de unos cuatro o cinco meses para la estructuración y redacción final de mis libros.
  • Diseña, de manera lógica y coherente, un horario semanal de escritura en el que puedas anticipar posibles obstáculos e interrupciones. Planifica tu tiempo de redacción y escritura para enfrentarte a los dos grandes fantasmas del escritor: la tendencia a procrastinar y la falta de concentración.

Te recuerdo, en este punto, que la regularidad y la disciplina, para cumplir tus plazos y para domesticar a tu cerebro de escritor, serán tus salvavidas durante el largo proceso: si te comprometes a escribir todos los días dos horitas, en seis semanas es probable que obtengas un mejor texto que sentándote doce horas seguidas un día a la semana, ya que escribiendo poco cada día podrás revisar lo escrito, reeditarlo y reescribirlo.

  • Organiza el lugar para escribir y reescribir. Lo ideal es que podamos sentarnos todos los días en un lugar estable, iluminado, cómodo, silencioso y con buenas vistas para afrontar el rato de escritura cada día. ¡Es increíble lo que podemos lograr cuando apagamos el email, el teléfono y nos aislamos del mundo!

Aún así, te animo también a que seas flexible y combines los “tiempos de escritura regulada” con otros momentos y contextos. Podemos aprovechar muchos de los tiempos “muertos” que tenemos en nuestras agendas para escribir, editar o reescribir. Por ejemplo, si tengo que viajar en tren a Frankfurt y el trayecto dura ochenta minutos, puedo aprovechar ese tiempo para revisar o escribir el texto que estoy trabajando. Al margen de tu agenda del día, te resultará mucho más fácil encontrar pequeños ratos a encontrar un bloque de varias horas. Utiliza, en este punto, las nuevas herramientas digitales para organizarte mejor al escribir.

  • No te dejes vencer por la página en blanco. Toda aventura comienza con un primer paso, con un “sí, ¡adelante!”, y un libro se escribe palabra a palabra, como un buen guiso a fuego lento. No olvides que todo lo que escribas puede ser después corregido, re-escrito o incluso borrado, así que, simplemente, escribe. Sin prisa, sin presiones, pero con constancia. Recuerda que no se trata de escribir una obra maestra, solo de terminar tu libro.
  • Mantén la escritura fresca y retoma tu texto todos los días. Si dejas de trabajar en tu texto durante varios días sin trabajar, cuando retomes la escritura te llevará varios minutos, incluso media hora, ponerte en sintonía con las ideas que quieres desarrollar.
  • Lee mucho… la lectura será tu oxígeno parar inspirarte y motivarte.
  • Revisa la bibliografía disponible sobre el tema, selecciona los textos de apoyo y las ideas para desarrollar. Recuerda que un buen escritor es un gran lector, así que llena tu cabeza con argumentos y conocimientos de disciplinas vinculadas con tu tema para darle mayor credibilidad a tus argumentos. Para la redacción del primer borrador es preciso que revises si lo que quieres escribir ya lo has elaborado o esbozado, aunque sea en parte, alguna vez en algún artículo, trabajo o proyecto previo. En este caso, contar con un material de apoyo previo siempre te permitirá darle más solidez argumental al proceso de escritura.

En cada uno de mis libros, esbozar el nombre de los capítulos provisionales del libro me ayudó recuperar mis argumentos de partida. El nombre de cada capítulo ya me abría una hoja de ruta o una senda para comenzar a hilar mis pensamientos y argumentos capítulo por capítulo. Otra buena forma de sistematizar argumentos es hacerlo es través de un blog. Si escribes en tu blog regularmente, podrás recopilar estos artículos en tu libro.

  • Minimiza el caos y separa la paja del trigo afrontando decisiones importantes tu primer escrito. ¿Qué ideas o argumentos descartas y con qué premisas te vas a comprometer para analizar y desarrollar hasta el final? Busca las conexiones entre las ideas más interesantes a desarrollar y utiliza como anclaje referencias bibliográficas que sustentarán tus argumentos.
  • Redacta un resumen para repensar tu texto. Tu resumen debe incluir:
    1. El contexto: información sobre el período, la región geográfica y las condiciones sociales.
    2. El objeto de estudio: el fenómeno a investigar y los trabajos que lo discuten.
    3. Lo significativo de tu aportación: explicación sobre la singularidad del tema o de la particular manera de abordarlo.
    4. El marco teórico: la perspectiva teórica en la que te apoyas para analizar y discutir el tema.
    5. El argumento: lo que tu análisis ha revelado acerca de objeto de estudio, de los enfoques actuales relacionados con el objeto de estudio o respecto de la sociedad examinada.
    6. Las pruebas: evidencias que confirman tus argumentos sobre el objeto de estudio o sobre los elementos concretos que analizas.
  • Compartir es vivir, así que permítete aclarar tus ideas y recoger sugerencias de mejora compartiendo con algún compañero, colega o la editorial los resultados de tu primer borrador o el resumen que has redactado.
  • Imprime y relee tu primer borrador. Con bolígrafo rojo en mano, aprovecha este punto para releer la copia impresa y redactar una lista de las tareas de revisión, escribiendo lo que necesitas mejorar en cada párrafo, como pueden ser: corregir errores de lógica o de saltos argumentativos, eliminar redundancias y elementos superfluos, agregar secciones, fuentes adicionales o citas, mover párrafos, fortalecer tus evidencias con bibliografía actual, revisar argumentos, incluir más ejemplos, gráficos o tablas que respalden tus ideas, etc.
  • Estima un tiempo y espacio en el cronograma de la semana a cada tarea de revisión.

Parafraseando a Jaume Vicent, debes tener en cuenta que escribir es poner las palabras sobre la página. Editar es convertir esas palabras en algo con sentido. El primer borrador es el nacimiento de tu libro, de “tu bebé”, pero ahora tiene que crecer. La edición y la reescritura, serán su adolescencia y su madurez. Durante ese tiempo, tu proyecto aún tiene que aprender muchas cosas.

3. Afronta la escritura de tu texto definitivo, cuidando mucho la forma y el fondo.

  • A escribir se aprende escribiendo, así que tómatelo como una práctica.
  • Clarifica y revisa tus ideas y argumentos principales sobre el tema. Retoma, engarza y dales cuerpo, estructura y solidez a los argumentos más pertinentes y específicos de tu libro. No des puntada sin hilo al describir y analizar todos tus datos contemplados en la tesis inicial, eliminando lo superfluo o irrelevante en el cuerpo argumentativo y en las conclusiones.
  • Cuida muy mucho la estructura de tu libro. Recuerda que tu escrito necesita una introducción, un desarrollo y una conclusión compuestos por estrategias estables entre los diferentes tipos de textos de no ficción.
  • Para abrir boca, en la introducción presentas el problema, el argumento, hipótesis, el/los objetivos del texto y la metodología que utilizas. Algunas personas incluyen una breve síntesis de la organización del texto. Entre las estrategias de la introducción están la descripción de tu tema, la indicación de un vacío en el conocimiento o problema, la explicitación del propósito de tu texto y la anticipación de la estructuración del contenido del escrito.
  • El desarrollo del texto contempla la información y el análisis que hemos realizado. Puede organizarse en apartados que facilitan la lectura y organización de las argumentaciones. En el desarrollo debes procurar que las ideas expuestas estén en concordancia con el propósito de tu texto. Para desarrollar las ideas deberás utilizar diferentes modos (argumentativo, expositivo o explicativo), según la naturaleza del texto que estés escribiendo.
  • Las conclusiones recuperan los resultados del análisis presentado en los apartados. En la conclusión debes incorporar una síntesis de lo desarrollado previamente y una conclusión en la que deberás realizar diferentes acciones, dependiendo del tipo de texto que estés desarrollando.
  • Revisa si la bibliografía que has citado es reciente y si hace referencia a los debates que se están llevando a cabo en tu disciplina.
  • Contempla último barniz de forma. Apuesta por la autenticidad y naturalidad de tus textos y recuerda que “menos es más”.
  • Evita la composición oscura o la retórica en la escritura: la redacción apoyada en grandes y rimbombantes palabras no es un texto más inteligente ni expresa necesariamente una gran idea.
  • Disminuye el uso de adjetivos y deja los estrictamente necesarios para agregar claridad al tema.
  • Minimiza las construcciones pasivas.
  • Emplea oraciones cortas para facilitar la comprensión.
  • Sé paciente en tu escritura y trabaja duro, te aseguro que el resultado final merecerá la pena. Lo más recomendable es leer, reeleer y olvidarte del miedo de borrar. Si no te convence lo que está escrito, cámbialo. No te detengas hasta que estés realmente contento con el resultado.

La de horas que me habría ahorrado yo de conocer estas claves… ¡O de hacerles caso! Habría minimizado días bastante largos e improductivos de rumiar millones de “ideas felices” en mi cabeza, de escribir a las bravas sin orden ni concierto, de dejar capítulos a medias, de escribir varios borradores para un libro, etc. ¡La pena es que no puedo retroceder en el tiempo!

4. Ponle el lazo de cierre a tu texto y entrega tu libro…

Cuando hayas finalizado todas las actividades anteriores, estarás muy cerca de terminar tu texto y poder entregarlo.

  • Cuando termines el libro, déjalo reposar unos días y después vuelve a leerlo con nuevos ojos.No temas reorganizar los capítulos, alterar frases o expresiones o incluso recortar trozos enteros. Las palabras son tu material de trabajo, moldéalas como necesites. Será fundamental que revises en este punto: la ortografía, la gramática, la edición general del texto (homogeneizar el tipo de letra, interlineado, márgenes, color de letra, etc.).
  • Planea y afronta (solo o con ayuda) el diseño de tu portada.
  • Publica tu libro: Si no tienes una editorial que respalde la publicación de tu libro, puedes realizar una búsqueda por Internet para encontrar empresas que te ayuden a publicar. En Amazon puedes poner tus libros a la venta. Ahora no entraremos en los aspectos concretos de publicación final del libro, porque esto ya sería contenido de otro post. ¡En cualquier caso, ya estás listo para enviar tu texto! ¡Adelante!
  • Lanza tu libro planeando algún evento o fiesta para darlo a conocer. También podrías ofrecer conferencias gratuitas o planificar algunos incentivos para que las personas quieran conseguir un ejemplar tuyo.

A MODO DE GUINDA

No me voy a despedir sin darte unas últimas pautas y consejos para triunfar como la Coca-cola con tu libro. ¡Aquí van!

  • Conéctate con la ilusión y elige un tema que te resulte motivador y atractivo.
  • Contextualiza tu publicación: el contexto le dará sentido y valor al texto.
  • Criba y filtra oportunamente la información. ¡No todas las “ideas felices” sirven para nuestro objetivo!
  • Utiliza las nuevas herramientas digitales para organizarte mejor al escribir.
  • Pasión, autenticidad y actitud. Hazlo, y hazlo apasionadamente.
  • Cuida muy mucho la forma y la estructura de tu libro; recuerda que tu escrito necesita una introducción, un desarrollo y una conclusión compuestos por estrategias estables.
  • Sé paciente en tu escritura y trabaja duro. Lo más recomendable es leer, releer y olvidarte del miedo de borrar. Si no te convence lo que está escrito, cámbialo. No te detengas hasta que estés realmente contento con el resultado.

Óscar Wilde nos diría «No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo». Yo añadiría, en este punto, ¡dilo bonito y escríbelo bien!

¡Te animo a que te decidas y le des el empujón definitivo a tus textos para plasmar el libro que tienes en la cabeza! ¿Tienes otras claves para escribir este tipo de libros? Cuéntamelo en los comentarios.

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Correctora, maquetadora, mentora y formadora de escritores. Autora de manuales de escritura y novela juvenil. Ayudo a escritores a mejorar y pulir sus textos, y a dejarlos listos para publicar. Les enseño cómo revisar sus libros y todos los secretos de la autopublicación.
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