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Seguro que, si te preguntan si logras disfrutar de la escritura, a veces dudas. Incluso si escribir te encanta y te hace feliz.

Mientras escribes lo usual es que te diviertas, y bastante. Inventas escenas, pones a los personajes en apuros, ideas el final perfecto… El problema es que hay una diferencia enorme entre escribir por pura diversión a hacerlo para publicar y compartirlo con los lectores.

Cuando toca exponer el resultado a la crítica, te entran los sudores de la muerte, surgen montones de dudas, bloqueos, síndrome del impostor, parálisis, abandonos y muchos más problemas. Entonces te das cuenta de que escribir un libro no es tan divertido ni fácil, que requiere esfuerzo, sacrificio, aprendizaje… y sobre todo enfrentarte al peor juez: tú.

Y te condicionan diferentes situaciones, casi siempre relacionadas con charlas mentales. Lo bueno es que a todo se le puede dar una vuelta si te das cuenta a tiempo y cambias el enfoque.

Veamos con qué puedes encontrarte mientras escribes y qué te impide disfrutar de la escritura:

1. MI HISTORIA ES MEDIOCRE, NO CREO QUE GUSTE

Cuando terminas la novela o está muy avanzada surgen muchas dudas de este tipo: tiene montones de fallos, es floja, no crees que los lectores vayan a comprar tu libro… Lo sé. Seguro que hay errores, sobre todo si estás empezando, pero la perfección es difícil de alcanzar, más a la primera.

Si no estás conforme con tu situación actual, contacta con personas que te apoyen: mentores, lectores beta, lectores profesionales, otros escritores, etc. Pero siempre personas que sean honestas y te ayuden a mejorar.

Tener la valoración de otros provoca que todo sea relativo y no se limite a tu percepción y exigencia. Y más si eres alguien perfeccionista. Contar con otros te ayudará a ver los puntos a mejorar y los que debes potenciar. Por supuesto, podrás equivocarte, pero de los errores se aprende, ya lo sabes.

2. NUNCA VOY A ESCRIBIR TAN BIEN COMO FULANITO

Muchas veces tendemos a compararnos con otras personas a la que tomamos como referencia, casi siempre escritores famosos o consagrados. Pero sé realista. ¿Es lógico compararte con ellos?

Analiza de dónde viene tu comparación y responde a:

  • ¿Cuánto tiempo lleva escribiendo esa persona?
  • ¿Cuántos libros ha publicado?
  • ¿Tiene años de formación?
  • ¿Qué circunstancias lo rodean?

Como ves, todo es relativo. Es mejor mirarse a sí mismo y pensar: ¿Qué he hecho para mejorar y evolucionar como escritor? ¿En qué proceso estoy ahora mismo? Da igual lo que hagan los demás. Cada cual tiene sus dones y su experiencia.

El tiempo que gastas en compararte y lamentarte por ello podrías utilizarlo en mejorar la escritura o simplemente escribir. Además, esa negatividad provoca que nada fluya.

3. TENGO MONTONES DE ERRORES. NO DEJO DE CORREGIR Y NO AVANZO

No releas mientras escribes. Te sueles decepcionar con tu forma de redactar, sobre todo cuando estás empezando o encontrando tu estilo. Lo mejor es escribirlo todo seguido y disfrutar de la escritura a tope, como si estuvieras creando la mejor maravilla del mundo.

Una vez la novela esté a tu gusto y sea sólida, puedes corregir el texto y la redacción. Si no te quedas satisfecho con el resultado, contrata una corrección. Los libros suelen ganar bastante tras someterlos a una corrección profesional.

Si aun así ves que no estás listo para lanzar tu libro al mundo, sigue practicando con relatos, cuentos u otras historias, y lee como forma de aprendizaje para mejorar tu redacción. Nadie se hace experto a la primera.

4. TENGO DEMASIADA INFORMACIÓN EN LA CABEZA Y NO SÉ CÓMO USARLA

Suele suceder cuando nos atiborramos de cursos, manuales, formaciones, etc. Aprendemos y aprendemos, pero no lo ponemos en práctica o queremos integrarlo todo a la vez.

Lamento decirte que es complicado que tanta información se quede grabada en tu mente y luego puedas aplicarla a la escritura. Esto no es como Matrix, que te enchufan un programa en la cabeza y ya eres experto.

Lo más normal es que llegado el momento se te olvide o te bloquees al querer hacerlo perfecto o poner en práctica todo a la vez.

Ve integrando poco a poco lo que aprendas y hazlo por bloques de contenido. Por ejemplo, empieza con los conocimientos sobre planificación y estructuras mientras organizas la novela. Prueba a ver qué te funciona. Una vez tengas la novela escrita, pon en práctica lo que sabes sobre redacción y corrección. Y no creas que con el primer libro todo saldrá perfecto. Practica todo lo que puedas y cada día serás mejor.

5. HE PERDIDO EL TIEMPO ESCRIBIENDO MI NOVELA

Surge cuando te dedicas un tiempo a escribir, pero decides abandonar la obra, ya no te interesa, crees que no merece la pena, eliges otra historia, te aburre, etc.

Todo proceso aporta algo en mayor o menor medida, incluso esas novelas que se escriben y jamás verán la luz. Lo que crees que es una pérdida de tiempo ha supuesto un aprendizaje para ti: has encontrado tu estilo, el narrador con el que prefieres escribir, qué tipos de historias te gustan, si te atascas en ciertas escenas, qué se te da mejor, etc.

Nada es una pérdida de tiempo. Bueno, solo lamentarse, y aun así te sirve para darte cuenta de que debes provocar un cambio en tu vida y disfrutar más de la escritura.

¿Consigues disfrutar de la escritura? ¿Te ha pasado alguna vez algo de lo que te comento? ¿Qué otras experiencias has tenido? Cuéntamelo en los comentarios.

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Correctora, maquetadora, mentora y formadora de escritores. Autora de manuales de escritura y novela juvenil. Ayudo a escritores a mejorar y pulir sus textos, y a dejarlos listos para publicar. Les enseño cómo revisar sus libros y todos los secretos de la autopublicación.
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