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Una historia se compone de varios elementos indispensables para que su construcción funcione de forma adecuada. He leído artículos que mencionan que hay seis pilares imprescindibles que tiene que tener tu historia, o incluso siete. Pero yo digo que hay muchos más y que, si no se desarrollan todos a la vez, la historia siempre estará coja.

Este artículo consta de dos partes. En esta primera, te hablaré de los primeros seis pilares imprescindibles para que tu novela esté bien estructurada.

Obviamente, lo primero que necesitas para construir una historia es tener una idea. Por si estás escaso de ellas, aquí te dejo un enlace donde hablo sobre disparadores creativos.

1. LA HISTORIA

La historia se define como un conjunto de ideas conectadas entre sí. Cuando alguien te pregunta de qué va tu historia, la respuesta es:

Mi historia va de…

  • Un anciano que se cae dentro de un pozo donde hay agua y no sabe cómo salir
  • Una patinadora que durante una exhibición se rompe la cadera y queda parapléjica
  • Un niño autista que se pierde en un bosque y no encuentra el camino de vuelta

Como contador de historias, debes aprender a responder esa pregunta de forma sencilla.

2. EL ARGUMENTO

Se define como el motivo por el que ocurren las cosas, es una historia contada con una relación de causa-efecto.

Por ejemplo:

  • Un anciano que se cae dentro de un pozo donde hay agua. El hombre no sabe cómo salir, pero tampoco sabe nadar y apenas puede sostenerse en las paredes resbaladizas. Intenta coger el móvil, pero se da cuenta de que no está en el bolsillo trasero de su pantalón. Todavía tiene en la boca el sabor salado de la última pipa que se ha comido. Empieza a gritar pidiendo socorro, aunque sabe que el pozo se halla en una zona donde la gente no suele ir porque en un pasado estuvo contaminada por la radiación.
  • Una patinadora que durante una exhibición se rompe la cadera y queda parapléjica. Tendrá que enfrentarse al mayor reto de su vida: dejar de patinar, y la impotencia y el miedo harán mella en ella. Pero mientras está hospitalizada, conoce a un chico que cambiará la visión que ella tiene del mundo.
  • Un niño autista que se pierde en un bosque y no encuentra el camino de vuelta. Encuentra un árbol hueco donde cobijarse de la llovizna que ha empezado a caer, pero en las noticias han anunciado que en esa zona se desatará un huracán. Un equipo de búsqueda sale al bosque para inspeccionar cada rincón, pero no saben si lograrán localizar al pequeño antes de la que tormenta se les eche encima.

3. EL TEMA

Toda historia trata un tema de fondo que a veces el lector detecta y otras no. Seleccionar un tema y desarrollarlo hará que tu historia sea más profunda e interesante. Como escritor, el tema te guiará a lo largo de la historia que quieres contar.

Prosiguiendo con la historia del anciano. Si se ha caído dentro de un pozo, ¿qué tema te sugiere? En este caso el tema es la supervivencia.

¿Y cuál sería el tema con la patinadora accidentada? Superación.

¿Y el niño que se ha perdido? Tal y como he contado la historia en el punto anterior, el tema sería la supervivencia, pero si simplemente dejara de lado el huracán y me decantara por explicar que el niño se esconde dentro de un árbol hueco por miedo a la noche, tal vez el tema sería la esperanza o el valor, o ambos temas. Todo dependerá de cómo enfoques la historia.

4. LOS PERSONAJES

Crear la personalidad de los personajes quizá sea lo más complicado, pero es importante que sepas definir muy bien su carácter, físico, comportamiento, forma de hablar, etc. Para ello puede ayudarte ‘tomar un café’ con él y conocerle mejor.

Normalmente, el personaje que debe estar más desarrollado que los secundarios es el protagonista. Con él debes esmerarte mucho para mostrar al lector cada capa de su carácter, y darle emociones reales para que el lector empatice con el protagonista. Pero, sobre todo, es el personaje principal el que debe mostrar, a la largo de la historia, un cambio significativo.

Piénsalo: imagínate que tú eres el que está dentro de ese pozo, desesperado, arañando las paredes y pensando que haberte peleado con tu hermana por la bicicleta ha sido una tontería y te prometes que, si sales con vida de ahí, nunca más la harás enfadar. ¿Verdad que si consigues salir del pozo habrás sufrido un pequeño cambio? Te has prometido que no harás enfadar a tu hermana, y aunque quizá no cumplas esa promesa, seguramente acabarás alejándote de todo lo que te recuerde a un pozo. Aquí tienes un cambio significativo.

5. EL ANTAGONISTA

¿Sabías que el antagonista no siempre es un personaje y que no siempre es malo?

A mí hubo un tiempo en que eso me confundía, pero ahora ya no es así. He aprendido que el antagonista es la fuerza que se opone al protagonista.

Vamos a verlo de cerca con las tres historias:

  • Un anciano que se cae dentro de un pozo donde hay agua y no sabe cómo salir.

¿Quién es el antagonista en este caso? ¿Quién se opone a los deseos del protagonista?

El pozo. Sabemos que el anciano se ha caído dentro del pozo y no puede salir porque, al contener agua, las manos le resbalan y apenas puede agarrarse, además de la propia profundidad del pozo.

  • Una patinadora que durante una exhibición se rompe la cadera y queda parapléjica.

¿Quién se opone a que la patinadora vuelva a patinar?

Su propio cuerpo, ya que tiene los huesos rotos.

  • Un niño autista que se pierde en un bosque y no encuentra el camino de vuelta.

¿Quién se opone al niño? Si decidieras que en esta historia hubiera un huracán, el propio huracán sería el antagonista. Pero si optaras por esconder al niño cuando llega la noche, la misma noche sería la antagonista ya que el niño la teme y posiblemente no se atreverá a salir a oscuras.

6. EL OBJETIVO

Para que una historia sea interesante siempre tendrá que haber un objetivo principal. Si te fijas en las historias que he ido trabajando en cada uno de los puntos anteriores, el objetivo principal del anciano sería: lograr salir del pozo. El objetivo de la patinadora: superar su convalecencia. El objetivo del niño: volver con sus padres.

Como he dicho, en toda novela hay un objetivo principal que hará que el personaje luche por conseguir llegar a la meta que se ha propuesto, pero a lo largo de la novela se desarrollarán otros pequeños objetivos que ayudarán a avanzar en la trama.

Si el objetivo principal del anciano es salir del pozo, otros objetivos pueden ser:

  • Encontrar un punto de apoyo, ya sea con los pies o las manos para evitar ahogarse.
  • Continuar gritando, por muy inútil que le resulte al saber que está en una zona radioactiva.
  • O puede optar por dejar de gritar y ahorrar fuerzas.
  • Intentar mantener el pánico bajo control.
  • Dar con una piedra suelta y hacer ruido.
  • Atreverse a bucear, aún sin saber nadar, al darse cuenta de que hay corriente de agua bajo sus pies.

Como ves, el objetivo principal queda claro, y los pequeños objetivos ayudan a que la historia avance mientras tienes al lector enganchado al libro, preguntándose si el anciano conseguirá salvarse o no.

¿Conocías estos elementos? ¿Sueles trabajarlos en tus novelas? Cuéntamelo en los comentarios. ¡Y no olvides que la próxima semana continuaré con la segunda parte de este artículo!

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Recojo retales de la vida y los pego, corto y convino para crear historias de fantasía. Hacer soñar al mundo es mi misión, mi destino. Leer literatura me acerca a las estrellas que quiero alcanzar, me libera, emociona y enseña. Evoluciono con cada situación, el pasado siempre es un maestro y las caídas sirven para alzarme de nuevo.
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